Saben que con demagogia, pueden hacer parecer que tienen la potestad de dar gusto a todos, sobre todo, si ese "todos", son los nuestros, los de nuestra incumbencia, los que nos van a votar.
El agua es escrutadora, sinuosa, persistente, lasciva, melosa, fiel, relajante, transparente, también puede ser arrolladora, salvaje, destructora, taladradora e infiel y casi siempre, consecuente, siendo interprete de nuestros actos Ayer, en un periódico, se indicaba como las famosas presas, necesarias para proyectos o faraónicos con de altos intereses personales, embalsan el agua que les llega; en esa acción, también consiguen parar los aportes que lleva ese agua: arenas, limos y otros elementos. Cuando estas materias no llenan las desembocaduras de los ríos, entonces es el agua del mar el que va ocupando esos espacios y hete aquí que los compradores de magníficos pisos a las orillas del mar, van viendo menguadas el tamaño de sus playas, de sus magníficas compras a pie de agua, ahora de la mar salada y, entonces, piden remedio a ese problema y pudiera ser que ya, de allí, se hubieran saciado su sed.
Para los que te señalan la presa, mencionada, tiene remedios mercenarios, también das solución a su menguado espacio de juego, revalorizar el solar, en banners de luminosos engañosos. Como por arte de magia, el molino ha vuelto a funcionar para despistarte en el que no hubiera agua. Mira allí, aquellos no quieren ponerse los arneses para darte agua. ¡
¡Ellos!, siempre ellos, son "los enemigos"
Los proclamadores de excelencias, entonces pasan la pelota a otros. El nosotros nunca somos culpables, nunca responsables; más que de los éxitos.
En un pais que de treinta días en Agosto, no vio llover más que uno, dos o tres días. Somos niños saciados a los que nadie nos va a decir que no somos Inglaterra, ni Bélgica, ni tan siquiera nuestra vecina Francia.
Dormimos, nos llaman el dios-hombre, somos los niños a los que el papa-consentidor no les niega nada, aunque en este caso sea para convertirnos en esclavos de ellos- dioses