Ves el campo que recorres o las montañas que asaltas; el frágil equilibrio te arroba en los momentos que percibes que aún en la debilidad del tiempo, puedes saborear el aroma que entra para exhalar vida. Y, ¿no te produce asco ser el sobrepeso que destruye la equidad de la balanza?
Tristeza infinita si en un tiempo te encerraste para comprender la justicia y liberado del ahora, instante atrapado en paredes de 10 horas, se esfuma en tus codicias, creando ciénagas en las que se ahoga una bella niña que exhibe orgullosa su balanza, porque siendo cáduco, perennizas el martillo del poderoso.
Triste tu sino, vivir por encima de la justicia, machorro enfermizo